Al final del día, en busca de descanso, Alonso Quijano desvela sus vivencias a través del libro que sostiene entre sus manos. Sus relatos cobran vida en las imágenes, pintando un panorama de heroísmo y valentía que solo él puede ver. Mientras tanto, Sancho Panza se ocupa de preparar la manta que les acogerá en los campos manchegos, bajo el resplandor de las estrellas que testifican sus aventuras.

Estas esculturas son mucho más que formas de papel esculpidas; son historias entrelazadas con papel como tejido muscular, revelando el alma de la obra. En su núcleo, reposan piedras de cuarcita extraídas de los campos manchegos, materializando la tierra que fue testigo de sus andanzas.

Esta creación vio la luz en el año 2023, dos figuras esculpidas, con alturas cerca de los 30 cm. Juntas, Alonso Quijano y Sancho Panza emanan una narrativa eterna de amistad, sueños y realidades entrelazados en la esencia de La Mancha.

El proceso creativo se ha desarrollado a lo largo de más de tres meses, cuidando cada detalle en la búsqueda de la expresión artística perfecta.